Hace unas semanas, como otros muchos días, me disponía a iniciar el fin de semana yendo a cenar con los amigos.
Aquella noche uno de ellos nos invitó a cenar en su casa, junto a su mujer y su hija de 12 años.
La costumbre en dichas cenas es que, como amigos que somos, cada uno contribuye en lo que puede y nadie reprocha a nadie si hace o no hace.
El caso es que llegamos antes de la hora y nos quedamos viendo la tele unos y el móvil otros, mientras hablábamos de esto y de aquello.
Comienza el conflícto.
El tiempo transcurrió y llegó la hora. María, la mujer del anfitrión dijo que “la cena ya estaba” y llamó a Elena, su hija, para que le ayudase a poner la mesa.
Elena hizo oídos sordos, al mismo tiempo que algunos de nosotros nos pusimos a cortar jamón, queso y a preparar entrantes para picar.
Miguel, uno de los amigos, de cuarenta y cinco años, no se levantó y siguió sentado mientras miraba un vídeo de YouTube. Al poco María volvió a pedir a Elena que pusiera la mesa, una segunda vez.
La tercera vez que se lo pidió ya no fue del mismo modo, María subió el tono de voz y amenazó a su hija con una consecuencia inespecífica: “si te lo digo una vez más te vas a arrepentir”… Elena también jugaba al móvil, sentada cerca de Miguel.
Yo me senté en ese momento a cortar y presentar unos embutidos en frente de ellos coma junto al padre de
Elena que hizo lo mismo, pero con una empanada. Por cuarta vez María le ordenó con gritos a Elena que pusiera la mesa. Elena se levantó mirando a su madre y señalando a Miguel, dijo subiendo el tono de voz, mientras se ponía de pie: “¿por qué me tengo que levantar yo mientras este gandul no hace nada?”. María se enzarzó con Elena en una discusión de tonos subido, y Elena seguía señalando e insultando a Miguel.
El conflícto va a más.
El padre de Elena, a mi lado, no decía nada. Quizá por ello, una reacción impulsiva ante la contemplación de esa situación me hizo dirigirme a Elena y decirle que bajara el tono y que “eso no se le dice nunca a una persona más mayor que tú”.
La chica, de pie, se encaró conmigo reprochando a Miguel y justificándose.
Yo la miré fijamente le dije de nuevo: “NUNCA”, pero Elena seguía en su actitud una vez más . Y, volvía a decirle: “JAMÁS”, mientras era yo el que me levantaba para mirarla de frente.
Miguel, durante toda la conversación permaneció en silencio, con la cara roja toda sin duda conteniéndose por no elevar más la tensión. No se movió del asiento.
Elena comprobó mi cabreo, aunque para entonces yo ya, sobre todo, me sentía decepcionado. Fue entonces cuando ella comenzó a poner la mesa cada vez baja y refunfuñando palabras inaudibles.
El Final de la Historia.
Una vez que la mesa se puso y comenzamos a cenar la conversación se orientó hacia otros asuntos y más o menos se desarrolló con normalidad. Eso sí, normalmente la velada se extendía habitualmente hasta las dos o las tres de la mañana, pero en esta ocasión pasaban diez minutos de la media noche cuando la dimos por concluida. Miguel estuvo toda la cena mucho menos participativo de lo que él acostumbra.
Preguntas para debatir.
¿Qué te parece la actitud de María, Elena, Miguel y resto de participantes?
¿Crees que está en juego el respeto a las personas, especialmente a los padres, a los mayores, a los invitados…?
¿Si los mayores que conviven y cenan a menudo con Miguel no le dicen nada a que crees que se debe?
¿Fue correcta la relación del autor del texto? Decir como dato que él es psicólogo.
¿Qué pasos tendrían que hacer los padres al respecto de la conducta de Elena?
¿Crees que debería haber una conversación entre los padres? ¿Qué puntos tendría que tener dicha conversación?
¿Cambiarías algo de la actuación de Miguel?
¿Debería afectar todo esto a la relación de amistad entre los amigos?
¿Qué normas de conducta enseñarías a los participantes para otra ocasión?
¿Si no sabes lo que es mejor quizá lo prudente sea guardar silencio?
¿Es lo mismo comportarse en público que en privado para un niño y para un adulto?
¿La niña merece alguna consecuencia para que dicha conducta no se repita en el futuro?
Otros temas para abordar en familia: http://evadiezpsicologia.es/escuela-de-padres/
Un caso real de estrategia para tratar con los hijos: https://expertosenpsicologia.com/el-carino-no-se-mendiga/
Un vídeo en el que se hace mención a un refrán que en todas las familias debiera trabajarse: https://youtu.be/4ut6yDKBVNQ