Los conflictos de pareja se pueden dar durante todo el año, pero en verano son más habituales a causa de pasar más tiempo juntos, tener que tomar decisiones comunes, o compartir tiempo con personas que no son de tu entorno cercano.
¿Cuáles son los conflictos más comunes que hacen replantearse la relación?
–Los intereses son diferentes.
Tus intereses personales no son los mismos que los de tu pareja. Algunas personas no conocen los intereses de su pareja porque no han hablado claramente de sus metas, de lo que les gustaría conseguir, ya sea personal o profesionalmente.
–Demasiadas actividades individuales, o casi todas en común.
Los extremos no suelen ser buenos. Mantener el equilibrio entre una vida individual sana, dedicarte tiempo a ti mismo, aficiones, amigos, etc. compartir espacio y tiempo para crecer y evolucionar en pareja es fundamental para no descuidar ninguna de las partes.
–Personalidades muy diversas.
Los polos opuestos no se atraen, para que una pareja funcione, tienen que tener un recorrido común, si te atrae una personalidad que es en extremo diferente a la tuya, te puedes preguntar: ¿Me gusta como soy yo? ¿Porque busco una persona que no se parezca a mi? ¿Acaso no estoy a gusto con mi forma de ser?
–Los hijos.
¿Quien pasa más tiempo con ellos? ¿Quién les atiende? ¿Cómo se reparten las tareas? En muchas ocasiones algunos hijos son de relaciones anteriores y la nueva pareja adquiere la responsabilidad de cuidarlos, darles de comer, llevarlos al colegio etc… pero ¿realmente quieres hacerlo? Es algo que hay que comunicar para que cada uno se sienta bien con su rol.
–Discutir por dinero.
Uno de los dos es muy derrochador, mientras el otro quiere ahorrar. Uno de los dos lleva el control de las cuentas bancarias comunes, y controla los movimientos del otro, incluso uno de los 2 no tiene privacidad a la hora de gestionar su propio dinero, porque la pareja controla su cuenta.
–Valores distintos.
La importancia que le das a ciertas cosas, no es compatible con las de tu pareja.
–Celos.
Inseguridad de uno o incluso de los dos. Los celos nunca son buenos porque hacen sufrir, en este caso, se pueden tratar de forma individual para que entiendas de dónde viene esa sensación y aumentar tu autoestima, o la suya.
–Infidelidad.
¿Se puede salir adelante y continuar una relación después de la infidelidad? Muchas parejas lo consiguen, pero con el tiempo descubren que no lo han olvidado, dañando así la relación del día a día con reproches y sufrimiento al no confiar porque recuerdas el pasado.
–No sentir apoyo en las decisiones.
Cuando le cuentas algo a tu pareja que te hace ilusión y esta responde que no le parece bien. Si dejas de hacer lo que te apetecía, puedes entrar en un bucle de dejar de hacer las cosas que te gustan.
-No sentir admiración por la pareja.
Ya no te parece interesante, y no piensas que hace las cosas bien. Bien para ti, porque es posible que tu pareja esté a gusto con su forma de vida, y quien está juzgando y valorando eres tú.
–Problemas sexuales.
Una vez más la falta de comunicación y confianza nos lleva a una situación incómoda en la que ponemos en peligro la relación.
Todas estas áreas, hacen que la relación de pareja se vaya desgastando con el tiempo, si no comunicamos con sinceridad lo que sentimos, la otra persona no puede adivinarlo y la relación no se recupera sola.
Para ello, es muy importante tener tiempo juntos de calidad para poder expresar lo que necesitamos, y si no podemos solos, buscar ayuda profesional. Si queréis más información acerca de las relaciones de pareja y sexualidad, podéis encontrarla en www.educasexformacion.com
Eva Diez.