Nuestro cerebro es emocional y nos puede traicionar en ocasiones. Cuando tenemos ansiedad nos ponemos en modo alerta y todo es una amenaza, nuestros pensamientos que son sensaciones subjetivas pueden llegar a nublarnos el juicio y ver la realidad nos gafas distorsionadas. Se dice y es verdad, que en caliente no debemos tomar decisiones. También añadiría que poco o nada ayuda seguir fomentado el bucle negativo, ya que acabará convirtiéndose en una obsesión.
Como te comenté al principio de todo, tu cerebro es plenamente emocional. Por eso mismo, aunque sepamos que los payasos no comen niños ni que un globo rojo significa que va a pasar algo malo, nos seguimos espantando cuando en la película de miedo nos dan un susto. El cerebro está en constante aprendizaje y al igual que podemos aprender a darle vueltas a todo y acabar agotados física y psicológicamente, también podemos crear un nuevo esquema cerebral donde mediante el aprendizaje que vayamos adquiriendo en consulta vayamos controlando nuestros pensamientos.
Porque, aunque la ansiedad nos ciegue en momentos elevados de tensión, no porque lo pienses es real.