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Depresión postparto, hay algo que no es como yo pensaba

Depresión postparto

¿Qué es la depresión postparto?

El nacimiento de un hijo es, sin duda, uno de los acontecimientos más importantes en la vida de cualquier persona. En muchos casos, la decisión de ser padre y/o madre se toma en base al deseo de querer formar una familia. Como cualquier deseo, éste viene determinado por las ganas, la motivación, la ilusión y la alegría de emprender esta nueva etapa vital. Sin embargo, también en muchos casos, este estado emocional positivo e intenso se transforma en un estado marcado por la angustia y el miedo, la tristeza, la irritación y la culpa por haber decidido ser padre y/o ser madre. ¿Qué ha ocurrido para que se haya producido ese cambio? ¿Me he equivocado? ¿Soy una mala persona por sentirme así? ¿Será que no quiero a mi hijo? Estas preguntas son habituales en las consultas de psicología cuando nuestros pacientes se convierten en padres y madres. Este nuevo rol se enmarca en muchas pequeñas experiencias, novedosas, desconocidas, desconcertantes y, a veces, incontrolables. Y es precisamente esto lo que a muchos hombres y mujeres desestabiliza emocionalmente, desembocando en un estado de estrés intenso. Cuando esta situación se mantiene en el tiempo puede desembocar en una depresión postparto. La depresión posparto es una forma de depresión que suele darse en mujeres que han dado a luz. Puede presentarse poco después del parto o, incluso, un año más tarde. Aunque suele ser más frecuente en mujeres, los hombres también la desarrollan.

Una clave para poder entender la depresión postparto tiene que ver con el desajuste de expectativas que los padres y madres tenían sobre la paternidad. Para ellos, de repente, nada tiene que ver con su vida de antes y, mucho menos, con lo que se habían imaginado. Este desajuste en sus expectativas, además, está acompañado de cambios profundos en sus rutinas, en sus hábitos de vida. Sus vías de escape (ir al gimnasio, salir con amigos, dormir ochos horas,…) desaparecen durante unos años, teniendo que aprender a adaptarse y readaptarse continuamente a la nueva situación con su hijo. Todo esto es muy duro y difícil, ya que los padres no saben cómo responder a las demandas tanto personales, como las del bebé. Además, la sobrecarga de trabajo es grande, ya que la inclusión de la paternidad en su vida ha de conciliarse con el desarrollo laboral que cada miembro tiene. ¿Cómo no van a estar estresados? ¿Cómo gestionar este cansancio físico y psicológico? Desde Expertos en Psicología, animamos a todas aquellas personas que se encuentren en este estado, a que acudan a terapia. La terapia psicológica no sólo ayuda a gestionar ese estado de ánimo actual. También, es un proceso que ampara a los padres y a las madres a prepararse para afrontar la paternidad a lo largo de su vida, siempre que quieran.

Claves de gestión para reconectar con el control de tu vida en una depresión postparto

  • Validar sus emociones. Es importante darles valor y significado a esa tristeza, angustia, enfado y culpa. Permitir sentirlos, experimentarlos y expresarlos abiertamente, sin juicio negativo, es esencial para la necesaria descarga emocional.
  • Ajustar expectativas. Nadie nace sabiendo ser padre; lo que hoy nos funciona, quizá en al instante siguiente ya no. Redefinir esas expectativas a través de la flexibilidad de pensamiento favorecerá la adecuada adaptación a los cambios diarios.
  • Aumentar la tolerancia al malestar y al descontrol. Esa tolerancia os va a permitir poder moveros en unos intervalos adecuados de gestión. Y, también, reforzar aquellos logros y momentos positivos que ocurran. Darnos cuenta de ello facilitará el equilibrio entre lo costoso y lo logrado.
  • Buscar formación rigurosa, eficaz y seria, que os permita desarrollar las habilidades y estrategias que necesitáis para desenvolveros en la nueva situación. Como hemos indicado antes, hacer terapia o acudir a grupos de formación en escuelas de padres son recursos muy potentes que están al alcance de cualquiera.
  • Prestad atención al autocuidado personal. Aunque la realidad es que resulta complicado al principio, es importante que progresivamente tanto el padre como la madre puedan ir retomando sus rutinas de autocuidado personal e individual. Es más fácil cuidar a los demás si, primeramente, tenemos una buena estructura de autocuidado personal.
  • Igualmente, cuidar a la pareja. La llegada de los hijos puede desplazar el cuidado y la atención al sistema de pareja, llegando a erosionarla tanto que pueda desembocar en grandes crisis que afectan finalmente a todos los miembros de la pareja. Animaos a cultivar los momentos en pareja: los buenos y los difíciles, para no descuidaros.