El duelo es una reacción natural que aparece ante la pérdida, ya sea de una persona, un objeto, un evento significativo o incluso una capacidad de la que, por motivos de enfermedad o accidente, dejamos de disponer.
Es un proceso psicológico necesario para elaborar cualquier pérdida significativa y adaptarnos nuevamente a nuestra vida sin esa persona, objeto o situación, y todo ser humano debe atravesar este proceso para “retomar” la vida cotidiana. Se trata de un proceso largo en el tiempo (puede durar entre 1 y 3 años), aunque su duración va a ser variable en función de cada persona, de la implicación emocional que tenía con el objeto de la pérdida y de sus recursos para afrontarla.
Fases del duelo
El duelo se compone de distintas fases y estas fases requieren tiempo. Además, no siempre se producen en el mismo orden ni son lineales, sino que podemos “saltar” de unas a otras o incluso, a veces, no experimentarlas todas. Sabemos que hemos elaborado el duelo cuando llegamos a la fase de Aceptación.
1. Fase de negación: En esta fase actuamos como si nada hubiera ocurrido. En muchas ocasiones la sensación es de “saber” que ha pasado (racionalmente podemos entenderlo porque lo estamos viendo en nuestro entorno) pero no llegar a “enterarse” del todo (emocionalmente no lo estamos experimentando). Esto sucede como mecanismo de defensa para evitar encontrarnos con el dolor profundo de la pérdida.
2. Fase de ira o enfado: Suele aparecer enfado por no entender la pérdida o por la pérdida en sí misma. En esta fase se intentan buscar causas y responsables de la misma sobre las que descargar nuestra ira.
3. Fase de negociación: En muchas ocasiones, aunque sabemos que es inevitable o irrecuperable aquello que hemos perdido, caemos en la fantasía de estar en control de la situación y tratamos de buscar una solución. En esta fase fantaseamos con la idea de revertir el proceso y buscamos estrategias para hacerlo posible.
4. Fase de tristreza/depresión: Es el momento en el que comenzamos a ser conscientes de la pérdida y aparece una tristeza profunda. Es habitual que nos aislemos del entorno y que busquemos espacios de intimidad
y desconexión, y suelen aparecer síntomas depresivos e ideas negativas. Es una etapa temporal y sirve para prepararnos para la aceptación.
5. Fase de aceptación: Se produce cuando llega la comprensión de que la pérdida es inevitable y se comienza a ver la realidad desde otra perspectiva en la que encontramos más paz. Es un momento en el que aprendemos a seguir viviendo a pesar de la pérdida. Aunque no es una etapa de felicidad, en esta fase comienzan a disminuir los sentimientos intensos y aparece el cansancio. Poco a poco vamos pudiendo experimentar de nuevo la alegría y el placer y vamos retomando la normalidad.
¿Qué puedo hacer para elaborar la pérdida y atravesar el duelo?
El duelo, como mencionaba al inicio, es un proceso natural y necesario en el ser humano para elaborar la pérdida y readaptarnos a nuestro día a día. No es posible llegar a la fase de aceptación sin haber atravesado todas o casi todas las fases anteriores.
Este es un proceso relativamente largo y que en muchas ocasiones requiere el acompañamiento de un profesional que nos ayude a elaborar la pérdida, evitando que el duelo se enquiste y pueda llegar a patologizarse.
En psicoterapia el trabajo va dirigido a facilitar la expresión emocional del doliente, permitiendo elaborar las emociones que aparecen en el transcurso de las distintas etapas y liberar no solo el dolor, sino también emociones como la culpa, a veces frecuente ante la pérdida. Esto, unido al trabajo de la relación con el ser u objeto perdido, nos permitirá poco a poco reconciliarnos con la realidad y seguir adelante manteniendo una salud mental equilibrada.
Ataly García Lozano
Psicóloga especialista en Terapia Gestalt y Mindfulness