Aquí van algunos casos donde los conflictos de pareja pueden causarnos ansiedad.
Antes de tener pareja puedes sentir ansiedad por querer tenerla y no encontrarla.
Ansiedad porque quieres compañía y te sientes solo, necesitas alguien a quien preguntarle, pedirle consejo, o darle tu opinión.
También es posible que quieras compartir ocio y no tengas con quien estar, porque tus amistades tienen otros planes en los que no encajas, o no te apetecen.
Ansiedad social: en algunas culturas hay creencias sobre tener pareja y está mejor visto que ser soltero o soltera. Esto es un mito porque no hay una cosa mejor que otra, sino que cada persona debe decidir qué le apetece en cada etapa de su vida o en cada momento, es una decisión propia y libre.
Conocer a una persona, sentirse “novios”, te puede provocar ansiedad, porque no sabes cómo vais a encajar. Al principio intentas dar tu mejor versión pero sabes que llega el momento en que cada uno se “relaja” y te da miedo no gustarle. Las expectativas que tenemos de la relación debería ser las mismas que las del otro, pero eso solo se puede saber con una comunicación transparente.
Convivencia: No es lo mismo vivir solos y desde ahora convivir con la pareja, que vivir con otros miembros de la familia y tener que integrar a dos familias. La convivencia con más personas puede romper la intimidad y ser causa de ansiedad por ver frustradas las expectativas.
Hijos de anteriores parejas. ¿Crees que educas igual a tus hijos que a los hijos de tu pareja? Cada uno tiene unas costumbres con sus hijos y no quieren adoptar las formas de educar de la pareja. Ya que esos niños ya tienen un padre o una madre que no conoces, y cambiar los hábitos cada semana de custodia compartida es una dificultad añadida. Este motivo puede dificultar la relación de pareja por desacuerdos y generar ansiedad si no llegamos a un punto común.
Aceptar o no aceptar a la pareja tal y como es. Querer cambiar su personalidad o su forma de hacer las cosas. Crea conflicto ya que estamos con esa persona porque nos debe gustar como es, no para intentar cambiarle.
Celos. “Creo que si encuentra a alguien mejor que yo, se va a ir con esa persona”. “Me va a dejar porque yo no soy suficiente y no le aporto lo que necesita”.
Para compensar todas estas creencias que pueden perjudicar a la pareja, lo ideal es potenciar la comunicación. Hablar y comentar lo que sentimos, siempre de forma constructiva.
Estos pensamientos se generan por inseguridad, por creencias que nos han inculcado o hemos aprendido en la infancia, etc.
Esta serie de casos cotidianos nos hacen sufrir, y tener pareja debe suponer estar con alguien que te aporta, que tú también le aportas y que te facilita el día a día y no lo contrario.
Si experimentas de forma repetida estas sensaciones y estar en pareja te provoca ansiedad, no dudes en contactar conmigo o con otro profesional de psicología especializado en parejas y ansiedad, para mejorar la relación contigo mismo o misma, y de esta forma que también repercuta en tu relación de pareja y bienestar emocional.
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Eva Diez.